Sola.

Isabel Fernández
2 min readMay 19, 2016

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Siempre había sentido que estaba sola. Mejor dicho, siempre había estado sola.
No estoy segura de si lo estaba porque me gustaba estarlo. O si lo estaba porque me tocaba, y a estas alturas ya qué importaba. En mi apartamento todo estaba diseñado milimétricamente para una sola persona. Un cepillo de dientes, una almohada, una cuchara, un cuchillo, y un tenedor. Y nada más. Sentía que no necesitaba nada más. Ni nadie más. Me había acostumbrado tanto a estar sola que cuando alguien más llegó no supe cómo dejarlo entrar. Igual nunca me preguntó si podía pasar, realmente no tuve oportunidad para negarme, pero tampoco quería hacerlo. Su voz me resultaba tan extraña y a la misma vez tan fascinante que una vez la escuché, no pude dejar de hacerlo. Me sentía como quitándome una costra en una herida, sabía que no me hacía bien, sabía que me iba a doler, pero no podía dejar de tocarla. Y así era él. Mi herida y mi cicatriz. Él y yo. Porque ya no era solo yo. Ya éramos dos. Dos cepillos de dientes, dos almohadas, dos cucharas, dos cuchillos y dos tenedores. Venía cuando le daba la gana. Nunca preguntaba ni pedía permiso, llegaba, me daba besos, me daba abrazos, me volvía mierda y se iba. Siempre sin aviso y sin despedida. No le importaba. Y un día me harté. Fui donde la única persona que conocía y en la que confiaba. Le conté con lágrimas en los ojos que había vuelto, él, el que siempre había estado pero nunca se había quedado. Le conté que me estaba haciendo mucho daño pero que me hacía muy feliz. Que no estaba segura de querer que volviera del todo, pero que no soportaba el vacío cuando se iba. Intentó tranquilizarme. Me dijo que todo iba a estar bien. Que dejara de pensar en él. Que tranquila. Que tranquila. Que tranquila. Que no iba a pasar nada porque él no existía. Solo existía yo. Que él existía porque yo pensaba en él y que cuando dejara de hacerlo, se iba a ir. Para siempre si yo quería. Me dio la receta de siempre y se fue. Y me dejó. Sola. Sin él. Igual él nunca estuvo, igual siempre había estado sola.

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Isabel Fernández

Actriz, cantante, domadora de perros, escritora, reina de belleza y chef. Y mentirosa.